
¿Que es un
amor reanudado?
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- Se casan enamorados, el primer tiempo del matrimonio es un paraíso.
Mas desde que ocurrió aquella escena de celos, de mal humor, de cólera,
en que se cruzaron palabras hirientes o actitudes francamente hostiles, ya
no es lo mismo ¿Verdad? Ya no es lo mismo. Han hecho las pases, se han
pedido y dado mil disculpas, han vuelto ha decirse palabras de amor y a
abrazarse ansiosamente, y sin embargo,
tú lo sabes, ya nunca será como antes, algo se rompió aquella
vez, algo que no podrá repararse jamás.
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¡Cuánto habrás lamentado
aquel incidente que pudo evitarse! ¡Que inútil lamento!
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Siempre hay parejas que terminan, porque
empiezan a reñir por una cosa justa o injusta pero se dejaron llevar por
la ira y cada uno solo pensó en como herir mas cruelmente al otro, mas
ahora que han pasado los días. Cuanto
desean buscarse y reanudar esas relaciones.
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No pueden vivir sin su amor, a partir de
aquel día negro, se han hundido en su amargura empiezan una tarea, y
otra, mas todas las dejan a medias se dan cuenta de cuantas cosas les
interesaban antes, y ahora les importa un comino.
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Sin el amor no hay nada que incite a vivir.
Quisieran echarse en una cama a dormir y dormir por una eternidad o
sentarse en un rincón apartado, quedarse quietos mirando un punto en el
infinito, sin hablar, sin pensar, como en estado de catalepsia.
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El amor parece cosa de magia o hechizo, es un
sentimiento que, de pronto, embarga nuestra vida como un efluvio
misterioso que descendiera de lo alto, cuando allá en el firmamento se
realizara la conjunción de unos astros que marcan el destino. Hay un
misterio indescifrable en el amor. Una chispa mágica, de la cual carece
la simple amistad, una chispa embrujada que solo tiene una gemela en la
belleza.
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¡Ay de quien rompa el hechizo! Es
irrecuperable. Ya no esta en nuestra mano reconstruir lo que fabrican los
dioses, podemos destruirlo, pero jamás nos será dado, erigirlo de nuevo.
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El amor esta echo para no acabarse nunca,
pide perdurar. Cada vez que alguien dice con toda el alma “Te quiero”
esta diciendo, para toda la vida, para toda la eternidad y ello no
obstante, nada más frágil que el amor. Es un cristal, si tu tienes un
cristal, hay cristal para mil años, para siempre ¡Mas no lo quiebres! ¡Cuidado!
Una vez roto ¿Cómo podrías remendarlo? ¿Quién podría reparar el
destrozo?
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Siempre se reconcilian a sabiendas de que ya
no recobraran aquello que perdieron en un momento de cólera, fue como si
hubieran lanzado una pedrada contra el cristal.
Volverán las palabras apasionadas mas, en el fondo, ambos
desconfiaran de ellos. Volverán los besos, pero algo en ellos ya no se
entregara como antes. Será un amor, pero un amor triste que en vano se empeñara
en hacer brillar la alegría, porque habrá una defensa instintiva
inconsciente que es posible eludir. Hay
un automatismo defensivo ante la persona en la que confiábamos ciegamente
y que de improviso, se volvió contra uno en actitud enemiga y le clavo un
puñal en el corazón, y en el sagrado sentimiento de la dignidad.
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Seguimos amando pero ya no podemos entregar
la entraña del alma. Nuestros brazos se abren para estrechar, pero dentro
hay otros brazos subconscientes, que más bien se cruzan sobre el pecho,
en actitud de temerosa defensa, y no podemos impedirlo.
Amas, el también te quiere, son dos llamas, pero no serán dos
llamas que se juntan en una, que se confundan en el éxtasis de la
felicidad. Permanecerán
ardiendo cada cual por su lado, ansiosas, desesperadas por fundirse, sin
poder ya lograrlo, como esperabas, como ayer. Tal es, el tormento con que
se castiga a los que fueron capaces de ofender a quien amaban, y de un puñetazo
iracundo quebraron irreparablemente el cristal mágico del amor.
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Ahora te hablo a ti, a ti que empiezas a amar, tu no vayas a
quebrar nunca ese cristal, fabricado con polvo de estrellas, rumor de
mares, arrullo de palomas, frenesí de tempestades, luz de amanecer ¡No
rompas el Hechizo! No permitas que los celos te cieguen o tu amor propio
prevalezca sobre tu amor, y un día nefasto te alces como una enemiga ante
el ser amado y abras entre ambos, un abismo de odio que para siempre los
separara, no luches contra quien amas.
Lucha contigo, eso si para maniatar tus cóleras, que se lanzarían
en palabras ácidas, actitudes ofensivas, gestos agresivos igual que una
pedrisca sobre ese cristal encantado que quiere ser eterno.
Un momento de enojo y el cristal quedara hecho añicos ¡Cuánto, y
que inútilmente te arrepentirías después! Llorarías lo irremediable
toda tu existencia. Pasados
los años, todavía tocarías en tu pecho la herida mal cerrada, las
cicatrices que aun suelen sangrar.
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Tú la que has tenido el privilegio de sentir
el amor, ¡No lo pierdas! Cuídalo y protégelo. Sé valiente, defiéndelo,
defiéndelo de todos y de ti misma, no pienses que un disgusto con la
persona querida no es sino un disgusto sin mayor importancia y que luego
la reconciliación remendara los daños, No, no. El amor es un
embrujamiento, si rompes la magia todo se acabo.
Mira, hoy son tuyos el sol, la luna y las estrellas. ¡Cuidado! ¡No
las pisotees, ni destruyas! Te quedaras sin luz, bajo un cielo nublado por
toda tu existencia.
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