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LA OSTRA Y EL
RATÓN
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Leonardo Da Vinci
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Una ostra se encontró, junto a
otros peces, en la casa de un
pescador,
- poco distante del mar.
- "Aquí moriremos todos",
pensó la ostra mirando
- a sus compañeros, que jadeaban esparcidos por el
suelo.
- Pasó un ratón.
- - Ratón, ¡escucha! - dijo la
ostra -; ¿me llevarías, por favor, hasta el mar?
- El ratón la miró: era
una ostra hermosa y grande, y debía tener una rica
- y sustanciosa pulpa.

- - Claro que sí - contestó el
ratón, que había ya decidido comérsela -,
- pero tienes que abrirte un poco, porque no puedo
llevarte cerrada.
- La ostra se entreabrió con
cautela, y el ratón, rápido, metió el hocico
- para morderla. Pero, con la prisa, el ratón
la movió demasiado, y la ostra
- se cerró de improviso, aprisionando la cabeza del
roedor. El ratón chilló.
- La gata lo oyó. Llegó de un salto y se lo
comió.